Estados Unidos es el primer mercado mundial, está en constante expansión y es consumidor de productos provenientes de todas partes del mundo, lo cual lo hace apetecible y a la vez muy competitivo.

Muchas son las marcas, compañías y firmas que intentan introducirse en el mercado estadounidense, de manera que, si quieres incursionar en él, lo primero que debes hacer es pensar en el lugar que consideras debe ocupar allí tu propuesta.

¿Qué producto tienes y cómo destacarlo?

Piensa en tus productos y qué espacio quieres que ocupen: en los anaqueles de las tiendas, en la mente de los consumidores; destacarlos como los más tecnológicos; resaltar su origen, su tradición, su forma de producción o que sobresalgan por su respeto al medioambiente.

Todas son aristas válidas con las que puedes competir en un mercado tan amplio, diverso y de muchas oportunidades, pues para todos los tipos de productos habrá un nicho en crecimiento ávido de nuevas propuestas.

Lo otro en lo que debes pensar es en adaptarte al mercado estadounidense, no solo en materia administrativa, técnica, pagos de aranceles y demás requisitos que exigen para tener presencia en ese mercado, sino además en los canales de venta y distribución de tus productos.

Si se trata de alimentos de consumo humano o animal deberás conocer ampliamente las regulaciones de la Food and Drug Administration, FDA, que se aplican a tus productos, o buscar a los expertos para que guíen tu camino hacia el éxito.

Otro consejo es que revises los canales que existen para la distribución y venta de tus productos. Si es un bien de consumo que se puede vender en los supermercados, generalmente existe una colocación que implica importador, distribuidor y minorista.

Formas de vender tus productos

1. Si es a través del importador, este es quien tiene licencia a nivel federal, compra a todos los países del mundo y vende a distribuidores en diferentes partes del territorio.
2. Con respecto a los distribuidores, estos son mayoristas que venden en un estado, en una ciudad o sector urbano, compran a los importadores y venden a restaurantes, tiendas, cadenas de supermercados, etc.
3. Luego están los vendedores finales quienes ofrecen el producto en los establecimientos o en las páginas web, redes sociales, Marketplace, etc. Este sistema dificulta la entrada al mercado estadounidense, pues el importador tiene sus proveedores asegurados y en ocasiones no necesita vender otros productos. Por eso es importante que tengas una estrategia dirigida al consumidor y a los canales de ventas; es decir, a las cadenas de supermercados, restaurantes, cafeterías, etc., y conseguir que tu producto se destaque por encima de otras ofertas similares. 
4. También es importante que consideres ofrecer tu producto online, tomando en cuenta al consumidor norteamericano, como sus patrones de consumo, sus tradiciones, su cultura y factores como la familia, el respeto a la diversidad, a la comunidad, al medioambiente, etc.

La opción de usar Internet como forma de presentación y propuesta te dará robustez a la presencia de tu producto en ese mercado.

• Directamente en los negocios de ventas al consumidor, tomando en cuenta la magnitud del mercado y enfocándote en un solo segmento, con lo cual conocerás de cerca la competencia, mejorarás tu eficiencia en cuanto al canal de venta, sabrás más de tus clientes y en consecuencia mejorarán los resultados de ventas.

Cualquiera sea la forma que identifiques para vender tus productos en Estados Unidos, cuentas con organizaciones como la Cámara de Comercio Minorista Hispana, HRCC, Hispanic Retail Chamber of Commerce, que ofrece servicios de consultoría, talleres, seminarios, conformación de redes, orientación sobre legislación, mercadeo, etc., para apalancar tus productos.

Piensa en cada una de estas formas de vender tus productos en Estados Unidos y en dónde están los consumidores, en los medios para acceder a tu oferta y en los permisos y regulaciones asociados con lo que ofreces.